Procede de los Estados Unidos (USA) y su nombre se debe a un piloto de coches que, a finales de la década de los 50 del siglo XX, falleció en un accidente como consecuencia de la escasa protección que le brindaba su casco. Esta homologación es considerada más un estándar de calidad que una homologación en sí misma, lo que hace que sea complementaria a las demás.

De hecho, es la más exigente. Mide la resistencia al impacto, la eficacia del sistema de retención, la estabilidad y la optimización de las áreas protegidas del cráneo.

Es la exigida en los Estados Unidos. Sus siglas corresponden al Department of Transportation y determina si un casco de motocicleta puede usarse en sus carreteras o no. Establece las medidas básicas de protección y en materia de visión periférica, configuración y resistencia a la penetración.

Su finalidad es proteger hasta el 90% de los tipos de impactos posibles, con pruebas de hasta 250 G, situado en la barrera de la lesión cerebral pero con posibilidades de supervivencia. En estas pruebas, prima la absorción sobre la resistencia a los impactos.

La homologación Europea, la ECE/ONU R22, es la homologación de cascos aceptada en más de 50 países. Por otro lado, es la certificada para poder competir en el AMA, WERA FIM, Fórmula 1, MotoGP, etc.

Estas normas de calidad, se actualizan periódicamente en función de las nuevas medidas de seguridad exigibles que van apareciendo. Se considera, junto al Snell, el más exigente del mundo, ya que también mide el comportamiento del dispositivo en situaciones de calor y frío extremo o en caso de lluvia o nieve, por ejemplo. Además, realiza pruebas de seguridad de abrasión sobre la pantalla y la calota (carcasa del casco).